domingo, 28 de junio de 2015

La generocidad

LA GENEROCIDAD

La generosidad se entiende como un valor y una cualidad en las personas. No sólo hace referencia a compartir u ofrecer bienes materiales, sino que también se entiende como estar disponible y ofrecer ayuda. La generosidad en las relaciones sociales se suele apreciar bastante y se considera como un rasgo de bondad entre las personas. Como muchos valores sociales, se relaciona con la empatía y la acción de 'ponerse en el lugar del otro'.
Como muchos valores, la idea de generosidad puede variar en función de cada persona y está influída en gran medida por el entorno cultural y social. Por ejemplo, lo que en ciertos lugares puede considerarse un simple acto de cortesía o de educación, en otras culturas puede verse como una manifestación de enorme generosidad.
Del mismo modo, la generosidad tiene unos límites que no están definidos. En algunas ocasiones, un exceso de generosidad puede provocar situaciones de incomodidad. Igualmente, pueden darse casos de injusticia cuando una persona puede tratar de aprovecharse de la generosidad de otra.
La generosidad, en este sentido, está unida al concepto de asertividad, ya que una persona puede ejercer su libertad y renunciar a sus derechos en cierto modo sin dejar de ser asertiva.

La bondad

LA BONDAD 

La bondad es la disposición permanente a hacer el bien, de manera amable, generosa y firme. Las personas bondadosas sienten un gran respeto por sus semejantes y se preocupan por su bienestar. Si alguien no está en buena situación y necesita ayuda, el bondadoso no duda en ofrecérsela, y lo hace sin ofender, amorosamente y poniendo un gran interés en ello.

Ser bueno, no quiere decir ser blando, sumiso, ingenuo o sin carácter, como a veces se cree. Al contrario, los buenos se distinguen por su fuerte personalidad, la cual se traduce en inagotables dosis de energía y optimismo, y se refleja en su cálida sonrisa y los sentimientos de confianza, cariño y respeto que infunden a su alrededor.

La bondad es una de las cualidades humanas que mejor reflejan la esencia humana, pues la persona bondadosa es buena, benigna y benévola, y a veces se la relaciona con la amabilidad. Tiene inclinación por hacer el bien a los demás, y lo hace con afecto, comprensión y respeto. La mejor persona suele ser bondadosa. Por eso la necesidad de iniciar cuanto antes a los niños y jóvenes en las conductas bondadosas. El joven que aprende a construir la paz y vivirla en bondad, recibirá muchas dádivas a cambio.

Aprender a ser bueno
Para conseguir que los niños sepan qué es la bondad, el ejemplo es la mejor herramienta. El modelo que le ofrece el adulto le dirá mucho más que mil palabras. Y su efecto será más inmediato y más profundo si este adulto realiza acciones que revelen comportamientos bondadosos. Los niños deben aprender que lo mejor es ayudar, comprender y cooperar, en lugar de agredir, arrebatar o maltratar.

El respeto

EL RESPETO

El respeto es un sentimiento positivo que se refiere a la acción de respetar; es equivalente a tener veneración, aprecio y reconocimiento por una persona o cosa. Como tal, la palabra proviene del latín respectus, que traduce ‘atención’, ‘consideración’, y originalmente significaba ‘mirar de nuevo’, de allí que algo que merezca una segunda mirada sea algo digno de respeto.
El respeto es uno de los valores morales más importantes del ser humano, pues es fundamental para lograr una armoniosa interacción social. Una de las premisas más importantes sobre el respeto es que para ser respetado es necesario saber o aprender a respetar, a comprender al otro, a valorar sus intereses y necesidades. En este sentido, el respeto debe ser mutuo, y nacer de un sentimiento de reciprocidad.
Ahora bien, el respeto también debe aprenderse. Respetar no significa estar de acuerdo en todos los ámbitos con otra persona, sino que se trata de no discriminar ni ofender a esa persona por su forma de vida y sus decisiones, siempre y cuando dichas decisiones no causen ningún daño, ni afecten o irrespeten a los demás.

La solidaridad

LA SOLIDARIDAD

La solidaridad se entiende como la ayuda, el apoyo, la fraternidad y la empatía hacia quien sufre un problema o se encuentra en una situación desafortunada, o hacia quien promueve una causa valiosa. Es solidario quien hace suyas las situaciones, las necesidades y las acciones de los demás. Se es solidario con un compañero o una compañera que no entendió cómo se resuelve cierto problema de Matemáticas, explicándole.
La solidaridad debe reflejarse en un compromiso con el otro, con su dignidad, su libertad y su bienestar, especialmente por lo que respecta a los más necesitados. Implica conservar nuestra capacidad de indignación ante las injusticias y estar listos para combatirlas, así como el compromiso con el respeto de los derechos de los demás.
Asimismo, el valor de la SOLIDARIDAD dispone el ánimo para actuar siempre con sentido de comunidad. La persona solidaria sabe muy bien que su paso por el mundo constituye una experiencia comunitaria y que, por tanto, las necesidades, dificultades y sufrimientos de los demás no le pueden ser ajenos jamás. Quien es solidario sabe que su propia satisfacción no puede construirse sobre el bienestar de los demás, esta consciente de que en cada hombre hay la posibilidad de sentirse útil y realizado en todos los aspectos como persona.
Quien es solidario entiende perfectamente que es un ?animal sociable por naturaleza, un zoon politikón, que es una célula del gran cuerpo social y jamás olvida que no hay trasgresión particular ni privada que no afecte de alguna manera a los demás?.
El principio de solidaridad se fundamenta en la naturaleza social del hombre y en su dignidad de persona. Por ser el hombre sociable por naturaleza, su perfeccionamiento exige que procure el bien sobre el bienestar particular, por lo que dispone que cada hombre responderá por la sociedad de la cual forma parte. Por esto, la solidaridad exige que los hombres realmente busquen y encuentren la perfección de sus quehaceres sociales y que la sociedad responda por cada uno de ellos. Expresa una simetría entre la naturaleza social del hombre y su calidad de persona, entre el bien particular y el bien social. En consecuencia a lo anterior, es importante considerar que la tercera generación de los Derechos Humanos establece sus bases en el Derecho de los Pueblos y de Solidaridad, atendiendo a la necesidad del derecho a la paz, al desarrollo, al medio ambiente, y sobre todo como seres humanos a la coexistencia pacífica.

La responsabilidad

LA RESPONSABILIDAD

Es un término que implica cumplir con el compromiso adquirido. En todos los niveles de nuestra vida vemos que estamos enfrentando situaciones que nos impulsan a tomar actitudes, decisiones, grandes o  pequeñas, que afectan  el entorno, el trabajo y   la vida de los demás. Esto es producto de un nivel de reflexión, administración, orientación y valoración del desenlace de nuestros  actos. Como consecuencia  nos hacemos responsables directos o indirectos de las causas de un hecho ocurrido, provocado por nuestras determinaciones. 

Este valor se aprende en el hogar. De allí el deber de los padres de inculcar a los hijos,  no solo el significado de responsabilidad,  sino  llevarlo a que la  practique  como   acción  ética de su conducta  que favorecerá al individuo por el resto de su vida.
Una manera de infundir responsabilidad es enseñarles en la niñez a cumplir con los trabajos escolares, a tener   su habitación organizada y decirles que si no lo hacen no habrá quien los realice.  El conocer los límites de sus acciones y obedecer las normas de conducta mínimas,  en su medio social, será importantísimo. Así,  cuando sean adultos,   se encauzarán por el buen camino y serán de buen nombre y  ganarán  la honra de los demás,  asumiendo responsablemente sus obligaciones   en alguna  empresa donde lleguen a trabajar.
Pero a pesar de ello es interesante darnos cuenta que poco se sabe apreciar el respeto y la responsabilidad de vivir bajo los límites de una conducta moral y  consiente. Esto ha traído secuelas graves como la corrupción,  que no solo afecta al Estado, a la  política, sino a la familia y a la sociedad civil también. Esto es un vívido ejemplo que cuando no asumimos las responsabilidades que nos rigen-  como diques que detienen el embalse de la amoralidad y la corrupción-,   se fractura el orden  social.
Definitivamente las personas que aceptan  la vida con mayor responsabilidad tendrán mejores  expectativas  de tener éxito. Serán más estables en su trabajo, llegarán a alcanzar con más  claridad sus objetivos,   serán felices en lo que hagan y tendrán  relaciones   apropiadas  con sus semejantes.

La perceberancia

LA PERCEBERANCIA

Entendemos por Perseverancia el esfuerzo continuo necesario para conseguir todas aquellas metas y objetivos que nos propongamos y la habilidad para buscar soluciones y superar los obstáculos que nos encontremos por el camino.

Además de ser un valor humano fundamental, es imprescindible adquirirlo en las edades más tempranas ya que es a partir de los tres años cuando el niño es consciente de la importancia de la constancia en las tareas cotidianas para poder lograrlas y conseguir estabilidad y confianza en sí mismo. Si bien, es durante la infancia, cuando el niño adquiere de una forma espontánea casi sin darse cuenta, que las tareas no son tan difíciles si las repetimos en el tiempo e invertimos el esfuerzo de no flaquear en el camino. Para ello, los padres deben ser contantes en sus actuaciones para transmitir estabilidad en los hechos, así, si nos encontramos con niños a los que les cuesta dormir en su habitación solos, separarse de sus padres y quedarse con los abuelos, o no ser siempre el centro de atención de sus padres, éstos deben permanecer firmes en sus actuaciones, y las consecuencias de finalizar o no una tarea, deben ser siempre las mismas.

Para que el aprendizaje no acabe en vanos intentos y la frustración se apodere del niño cuando no consigue las cosas que quiere a la primera, es muy importante adaptar los retos a las edades y nivel madurativo en el que el niño se encuentre, dividendo la tarea en pequeñas sub-tareas y así poder reforzar cada pequeño paso conseguido. De esta manera, conseguiremos animarle para que acabe lo que está haciendo ayudándole a superar las dificultades que le puedan surgir en el camino. Por ejemplo si la tarea asignada consiste en arreglar la habitación, no podemos esperar a que la termine para felicitarle, sino que deberemos animarle mientras recoge los juguetes, guarda los zapatos, hace la cama y así hasta que haya conseguido la tarea completa.

La libertad

LA LIBERTAD

Libertad es la facultad o capacidad del el ser humano de actuar o no actuar siguiendo según su criterio y voluntad. Libertad es también el estado o la condición en que se encuentra una persona que no se encuentra prisionera, coaccionada o sometida a otra.
La libertad se considera un derecho del ser humano y también un valor. Aparece en diversos ámbitos como en la Filosofía, Religión, Ética y Moral.
El tema de la libertad y 'ser libre' forma parte de la naturaleza humana, aunque no existe una libertad absoluta, ya que las personas se ven condicionadas por sus propias capacidades y el entorno.
Se suele aceptar que la libertad individual se debe ejercer con respeto y responsabilidad moral.
A pesar de que se trata de una de las características y derechos fundamentales del ser humano, la libertad en muchos casos se ve condicionada por factores externos que impiden la realización de la persona.

La lealtad

LA LEALTAD

Lealtad es el carácter de una persona, cosa o animal leal. El término de lealtad expresa un sentimiento de respeto y fidelidad hacia una persona, compromiso, comunidad, principios morales, entre otros.  
El término lealtad proviene del latín “legalis” que significa “respeto a la ley”.
El término leal es un adjetivo usado para identificar a un individuo fiel en base a sus acciones o comportamiento.    
El término de lealtad no debe ser confundido con patriotismo ya que no todas las personas leales son patrióticas, debido a que patriotismo es amor a la patria mientras que la lealtad a la patria es un sentimiento que muchos países deben de despertar a los ciudadanos.   
No obstante, lo opuesto de lealtad es traición, es la falta que comete una persona debido a que no cumple su palabra o guarda fidelidad.  
El término de lealtad puede ser usado como sinónimo de: nobleza, rectitud, honradez, honestidad, entre otros.

La justicia

LA JUSTICIA


Justicia. Es aquella cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma
La justicia no solo hace referencia al conjunto de normas impuestas a una sociedad, sino que implica también la equidad entre sus miembros. Como se mencionaba anteriormente, la justicia y “lo justo” varía de persona a persona, lo que permite que, en la vida cotidiana, existan diferencias entre aquello que un padre y un hijo consideren justo en torno a determinada situación. Lo mismo sucede con los sistemas judiciales presentes en cada Estado o nación en particular, donde no todos los ciudadanos se encuentran de acuerdo con los dictámenes de los jueces ante ciertas situaciones de conflicto, sobretodo, cuando la resolución, en lo personal, no nos favorece e implica, en algunos casos, incluso, el pago de multas o la privación de la libertad.

La humildad

LA HUMILDAD 


La humildad es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia. Como tal, la palabra proviene del latín humilĭtashumilitātis.
Una persona que actúa con humildad no tiene complejos de superioridad, ni tiene la necesidad de estar recordándoles constantemente a los demás sus éxitos y logros; mucho menos los usa para pisotear a las personas de su entorno. En este sentido, la humildad es un valor opuesto a la soberbia.
Quien obra con humildad no se vanagloria de sus acciones: rechaza la ostentosidad, la arrogancia y el orgullo, y prefiere ejercitar valores como la modestia, la sobriedad y la mesura.
La humildad es una cualidad humana independiente de la posición económica o social: una persona humilde no pretende estar por encima ni por debajo de nadie, sino que sabe que todos somos iguales, y nuestra existencia tiene el mismo grado de dignidad. De allí que ser humilde no implique dejarse humillar, pues la humildad no supone una renuncia a la dignidad propia como personas.